La digitación en Giuliani: el redescubrimiento de una técnica por Eduardo Fernández (Primera parte)

Parece razonable comenzar la investigación del paradigma guitarrístico de Giuliani considerando su método. El Studio per la chitarra fue publicado en 1812, en Viena, por Artaria, y Giuliani obtuvo por él una remuneración elevada (más o menos lo que Beethoven pidió a Schlesinger por su Novena Sinfoníai. Consideraremos también otras fuentes, pero la naturaleza extremadamente práctica del Studio, que está pensado como una guía introductoria al instrumento y tiene una construcción muy sistemática, nos proporciona pistas importantes sobre cómo Giuliani pensaba la guitarra. La obra comprende cuatro partes. La primera se dedica exclusivamente a la mano derecha, trabajando arpegios sobre dos posiciones de acorde fijas (Do mayor y su V7), que luego derivan a esquemas de melodía acompañada. La segunda se refiere al desarrollo de la mano izquierda, con ejercicios de terceras, sextas, octavas y décimas partidas. La tercera comprende once breves estudios, dedicados a atender a los parámetros específicamente musicales de la ejecución, y a practicar los fundamentos técnicos que ellos requieren. Por último, la cuarta parte presenta doce piezas, que tienen el fin de desarrollar los elementos presentados.

Es probable que Giuliani previese un trabajo del alumno que abarcara progresiva y simultáneamente todas las partes, en el orden en que se presentan. Se trata de una obra muy práctica y efectiva en el desarrollo de la capacidad instrumental, mostrando que la preocupación de Giuliani era no solamente desarrollar el virtuosismo, entendido como velocidad y limpieza, sino entrenar desde el mismo comienzo al alumno en conceptos musicales básicos, incluyendo la articulación.

Giuliani comienza su Studio per la chitarra con 120 formas de arpegios. La relevancia dada a este elemento, y el comenzar su método con él, sugiere que lo consideraba un elemento esencial de la ejecución guitarrística. Los mismos arpegios propuestos nos están diciendo varias cosas importantes sobre su técnica, como iremos viendo. Para comenzar: es obvio que una técnica basada en el arpegio debe usar las uñas, al menos en cierto grado. También requiere una posición de la mano derecha libre, o sea, sin ningún tipo de anclaje, tal como el apoyo del meñique en la tapa, que aún Sor utilizaba. Al comienzo Giuliani usa solamente tres dedos (p, i, m), distribuidos así: p en 6º, 5ª, 4ª, 3ª, i en 2ª, m en 1ª. En seguida, en realidad lo antes posible, agregará el a en el arpegio 7, llevando al i a 3a y asignando al pulgar las tres cuerdas más graves. Hay, entonces, una clara intención de incorporar el a al mecanismo desde el mismo principio. La escritura de los distintos arpegios en valores que se vuelven progresivamente más rápidos (como principio general) parece indicar que están destinados a tocarse con un mismo tempo, y sería ciertamente muy interesante saber cuál era el tempo que Giuliani tenía en mente para un principiante, o si esperaba que se acelerase a medida que aumentaba la competencia instrumental del alumno.

Ya en el 5 encontramos algo interesante. Véase cómo, apenas el alumno tiene colocada la mano, se le enseña a desplazarla:

Ej. 1

No solamente se elimina cualquier posible anclaje con el meñique, sino que no hay nada del sedentarismo de la mano derecha que muchas veces se encuentra en los métodos modernos: la mano derecha es, para Giuliani, esencialmente móvil, y lo es desde el mismo comienzo del estudio.

Nótese que el ejercicio hace que la mano cambie de posición en la última nota, yendo a colocarse frente a 4ª, 5ª y 6ª, y haciendo que el patrón m i p se convierta de hecho en p i m en la repetición.

En los 7 y 8, véase cómo se introduce el anular, y el uso de i – a como alternativa para evitar la secuencia a - m, cosa que parece ser una preocupación de Giuliani:

Ej. 2

De hecho, m-a-m se usa solamente como parte de un arpegio ascendente y descendente, p i m a m i (9). Recién en el ejercicio 35 aparece la fórmula p a m a m i, y parece incluida por un cierto afán de completitud: su recíproca (p m a m a i) está ausente .

Ej. 2a

De hecho, la combinación a m a m no aparece en ningún otro arpegio, y m a m a no aparece en absoluto en todos los 120 patrones. Anotamos entonces: Giuliani tiene presente que m y a no se alternan con facilidad, y no ve ningún problema en usar la alternancia i-a como procedimiento normal en cuerdas inmediatas (otro tabú moderno roto; el criterio moderno usa casi exclusivamente dedos vecinos para cuerdas adyacentes).

En el arpegio 40, encontramos que Giuliani no se espanta de la repetición de dedos (un criterio moderno de digitación probablemente usaría a para la nota superior del segundo bicorde, pero esto implica la alternancia relativamente rápida de m y a)

Ej. 3

Es de preguntarse si Giuliani usaba algún movimiento de la muñeca o del brazo para poder hacer este tipo de repeticiones rápidas de acordes. Algo más adelante, los arpegios 47-50 desarrollan la misma idea con tres y cuatro repeticiones de la nota superior, siempre atacada por el m. Parece imposible realizar este ejercicio, al menos a cierta velocidad, si no hay alguna participación de la muñeca y aún del brazo.

El arpegio 89 presenta una solución diferente a la moderna para un arpegio que abarca cinco notas – pero una muy práctica, que usa el deslizamiento del i. Es muy apropiada a altas velocidades - y sería aplicable también a obras modernas donde ocurre el mismo esquema, como en la sección central del Preludio Nº 2 de Villa-Lobos, un fragmento de la cual aparece en el ejemplo:

Ej. 4

El mismo principio de deslizamiento aparece en el arpegio 94, formando parte de todo un gesto repetido. Es interesante cómo Giuliani usa el deslizamiento de pulgar en sentido ascendente y el de índice en sentido descendente:

Ej. 5


En esta línea se ubica también el arpegio 115. La repetida aparición del mismo procedimiento parece confirmar que era realmente parte de la técnica habitual de Giuliani:

Ej. 5a

El único caso de la secuencia m – a – m en un arpegio que no sea completo aparece en el arpegio 91, pero se puede muy bien considerar que se trata de un arpegio completo con una nota o dedo omitidos (el sol, o el i), ya que el movimiento de la mano será el mismo que el de un arpegio completo. Es un ejemplo muy interesante por la movilidad sutil y la flexibilidad que exige a la mano:

Ej. 6

En el arpegio 97 encontramos un caso de uso de m y a que parece orientado a practicar la apertura y la movilidad, más bien que la alternancia. Nótese también la diferencia con un criterio moderno, que asignaría al primer do grave el pulgar en vez del índice. Este ejemplo puede también iluminar algún pasaje de las Rossiniane que usa notas repetidas en las cuerdas graves.

Ej. 7

De paso, los arpegios de esta parte del Studio no pretenden cubrir todas las permutaciones o posibilidades, en abstracto; están destinados a preparar al alumno a la ejecución de obras, y tienen un fin claramente pragmático. Podemos entonces excluir cualquier sospecha de que un arpegio haya sido incluido solamente por voluntad de completar un esquema abstracto: por inusuales que parezcan, seguramente Giuliani los usaba en situaciones similares.

La práctica de utilizar secuencias que se desplazan de una cuerda a otra demuestra claramente la importancia que Giuliani asignaba a la movilidad de la mano derecha, lo que implica no solamente un movimiento, sino una flexibilidad general de la posición, bastante diferente del ideal moderno predominante que es el del anclaje. En contraste con el criterio anterior, los arpegios 107 y 108 parecen destinados a trabajar la apertura entre los dedos de mano derecha, y para ello sacrifican la movilidad, asignando al a la primera cuerda, y al m la segunda, mientras que p e i se ocupan del bajo de Alberti.

Ej. 8

Resumamos las conclusiones sobre la técnica de mano derecha de Giuliani que se pueden extraer de estos arpegios:

- Se trata de evitar la alternancia de m con a. No hay ningún intento de trabajarla sistemáticamente. No se intenta entonces “igualar” los dedos, como en la técnica moderna (entendiendo por tal la que parte de Pujol), sino sacarle provecho a sus diferencias naturales.

- La mano derecha se entiende a la vez como “móvil”, ya que se trabajan patrones que requieren desplazamientos de la mano entre grupos de cuerdas adyacentes, y como “fija” en el sentido que se prefiere en lo posible distribuir las cuerdas entre los dedos en forma de arpegio. Es claro que la técnica de Giuliani se centra, al menos al comienzo, en el desarrollo de la competencia de la mano derecha. Entonces, cuando se entiende la mano derecha como móvil, lo es casi sin límites. No se llega a usar el p en la 1ª o los otros dedos en la 6ª, pero aparte de eso no hay limitación a la movilidad.

- Se permite la repetición de dedos sea por deslizamiento a la cuerda inferior (o superior en el caso del pulgar), sea por repetición de ataque en la misma cuerda, especialmente en duraciones que no sean de las más rápidas.

- Cuando se hacen ataques rápidos en la misma cuerda, Giuliani prefiere alternar i m o i a.

- Se trabaja expresamente la presentación de los dedos con separación, tanto en el caso de i m como en el de m a. En principio, cualquier dedo puede estar disponible para llegar a atacar cualquier cuerda. La segunda parte del Studio se dedica al Portamento della mano sinistra. La palabra “portamento” es traducida en los dos otros idiomas en que aparece el texto de la obra, francés y alemán, como “doigter” y “Fingersatz” respectivamente, que corresponden al término español “digitación”. Pero Giuliani no habla de “diteggiatura”, que sería la palabra equivalente en italiano, y en realidad portamento quiere decir otra cosa, más parecida a “actitud” o “comportamiento”. La definición italiana sería, aproximadamente “la actitud asumida en correspondencia con los movimientos”. Parece una diferencia menor y meramente verbal, pero no lo es. El objetivo de esta sección no es enseñar a digitar en general, sino acostumbrar a la mano a realizar ciertos patrones según el intervalo de que se trate – educar el “com-portamiento” de la mano izquierda que se piensa, ya desde el inicio, como móvil. No se practica nada o casi nada en posiciones fijas, y cuando la mano no está cambiando de posición, está cambiando de cuerdas. La segunda parte se dedica, entonces, a recorrer terceras, sextas, octavas y décimas (todas ellas partidas, con invariable alternancia p i) en distintas tonalidades, Do, Sol, Re y La mayores, con modulaciones temporarias a tonalidades cercanas. Hay un cuidado evidente en hacer que el estudiante explore (gradualmente) todo el diapasón hasta la novena posición. Como dato curioso para un guitarrista moderno, Giuliani usaba el pulgar de la mano izquierda, si bien en forma relativamente ocasional (ocurre, por ejemplo, en el ejercicio 7, compás 12, y parece que se hace para evitar la ceja, como veremos en seguida al tratar de la parte siguiente). Cuando aparece, es (al menos al principio) siempre sobre Fa o Fa sostenido en la 6ª. De todos modos es claro que el objetivo es, como el de la primera sección, entrenar la mano para abordar situaciones más o menos típicas. Las cuerdas al aire se usan consistentemente para los cambios de posición. Las cejillas transitorias no están marcadas, si es que existen:

Ej. 9

No es claro que se trate de una cejilla temporaria, al comienzo; el 1- 1 podría muy bien indicar simplemente llevar el dedo 1 a la 5ª cuerda. Que las cejas no estén indicadas sugiere que se consideran como algo accesorio y generalmente de corta duración, excepto obviamente en ciertas tonalidades y situaciones que la requieren indispensablemente. Pero, como tendremos ocasión de confirmar más adelante, haríamos bien en limitar lo más posible el uso de la ceja en Giuliani. En el Studio ni siquiera se menciona la cejilla como elemento técnico, cosa que ciertamente llama la atención, dado que otros aspectos están atendidos con gran minuciosidad.

Las siguientes observaciones generales intentan resumir los criterios utilizados en esta sección:

- A pesar de su fin claramente didáctico, o quizás por esa misma razón, son piezas de música, si bien limitadas a sus fines didácticos, donde está presente la facilidad de invención melódica de Giuliani: hay intención de obtener cierta variedad - por ejemplo, modificando los metros y las tonalidades al pasar de un ejercicio a otro. No parecen estar construidas deliberadamente o sistemáticamente, o con una dirección determinada desde el punto de vista técnico. Aparentemente, Giuliani no encuentra ningún problema con que el dedo de la mano izquierda que acaba de pisar una nota aguda se ocupe inmediatamente del bajo, lo que puede afectar la articulación; probablemente considera como parte principal al bajo, y piensa la continuidad de su línea como más importante que la continuidad del intervalo partido. Pero surge una pregunta inevitable: ¿esto es realmente un modelo de digitación? Parece ser más bien un medio de entrenamiento: no se trata de aprender digitaciones fijas para esquemas de terceras, sextas, octavas y décimas en todas las tonalidades (como las que establece Sor en su Méthode) sino de habituar a la mano izquierda a estar en constante actividad de desplazamiento entre cuerdas y posiciones. Una mano izquierda que no es sedentaria, como en el arquetipo moderno, sino extremadamente nómade.

- No hay contracciones ni distensiones en las 3as, donde se mantiene a rajatabla una presentación longitudinal de un dedo por espacio. Sí hay contracciones, naturalmente, en las 6as, donde se usa 1-2/3-4 casi siempre que están a distancia de semitono – y en algún caso se repite la cejilla a distancia de semitono. En las sextas, se sube y baja con 2-3 por 1ª y 3ª. Hay casos realmente chocantes de repetición de dedos entre una nota alta y una grave (ver el ejemplo 10) – es claro que no le interesaba particularmente que hubiera continuidad en la voz superior.

- Siempre que sea posible se usan cuerdas al aire, y no solamente en los cambios de presentación.

- En las octavas, Giuliani usa invariablemente el pulgar de la mano izquierda para producir el fa y fa sostenido en la 6ª. A veces, para ojos modernos, parece casi una perversión, porque es completamente innecesario (por ejemplo, en el final del 15), pero evidentemente eso era parte de su sistema. Llama la atención que los use casi exclusivamente para esas dos notas, lo que quizás permitiría sacar alguna conclusión sobre el funcionamiento de su mano izquierda, e incluso sobre cómo entendía la posición del guitarrista.

- Las décimas se hacen alternando 1-4 / 2-4, ocasionalmente 1-3 / 2-4, sobre todo a distancia de semitono, pero no siempre. No hay un sistema fijo, aparte del criterio de usar todas las cuerdas al aire posibles (con una única excepción al final del ejercicio 4).

Se recorren las zonas de primera posición en todas las cuerdas; cuando es necesario ir a posiciones más altas el recorrido es invariablemente por las primeras dos cuerdas (en el caso de sextas y octavas, 3ª y 1ª, en décimas 4ª y 1ª. Las cuerdas graves (incluyendo la 3ª) se usan en posiciones altas solamente cuando es absolutamente indispensable hacerlo para obtener la nota grave de una octava o décima. O sea, toda la zona media y aguda del diapasón en las cuerdas graves (4ª, 5ª, 6ª) queda prácticamente fuera de todo este entrenamiento para el portamento. En la digitación de las octavas, hay una clara preferencia por usar 1 en la nota grave y 4 en la aguda ( o sea, se sube por 3ª y 1ª cuerdas) y, más allá de la primera o segunda posición, donde es inevitable, no se usa la posición inversa (que implicaría usar 4a para los graves y 1a para los agudos de la octava).

En el Studio hay poquísimos casos de estos intervalos presentados como bicordes, y es interesante que en la producción de Giuliani predominan por lejos las terceras, sextas, octavas y décimas partidas y hay una relativa poca presencia, en comparación, de los mismos intervalos usados en bicordes. Cuando ellos aparecen, casi siempre es una señal de que el mismo pasaje se realizará de inmediato en intervalos partidos; los bicordes funcionan entonces como un entrenamiento para la mano izquierda, que realizará el mismo esquema o uno muy similar cuando comiencen los arpegiosii. Podríamos concluir que la razón de esta preferencia es que los intervalos partidos son muchísimo más brillantes en la guitarra que los bicordes, factor que no deja de tener su importancia
en el guitarrismo de Giuliani.

El siguiente ejemplo muestra algunos de los casos más interesantes de la segunda sección, los cuales serán comentados en seguida.

Ej. 10

Vemos cómo no se encuentra ningún problema en hacer saltar un dedo a otra cuerda a distancia de semicorchea (1, 3, 4, 5, 6, 7). Es particularmente chocante para un guitarrista moderno el caso del (7), donde seguramente se preferiría usar el 1 en el último si grave. En (2) se trata claramente de provocar una articulación en la frase melódica; en (8) se está representando una situación de cejilla, ya que no es concebible que el 1 salte de una cuerda a la otra, pero aparentemente no existía la nomenclatura para ella; por fin en (9) podemos observar que se prefiere mantener el 2 como referencia (lo que es bastante lógico en intervalos partidos pero lo sería quizás un poco menos en bicordes). Es claro que en principio se intenta mantener el legato en la parte inferior. Uno tiene ciertamente el derecho de dudar del uso consistente por parte de Giuliani de algunos de estos esquemas de digitación en sus obras, pero de lo que no puede haber duda es que daba enorme importancia a formar la presentación de la mano izquierda con un dedo por espacio, que parece constituir un elemento básico de su técnica.

La tercera parte del Studio comprende 11 pequeños estudios, que comienzan dedicándose a estudiar la articulación. Es prácticamente el único método de la época que insiste específicamente sobre este punto, lo cual revela la importancia enorme que tenía a ojos de Giuliani. Los estudios, si bien no tienen grandes pretensiones musicales, vuelven a revelar la calidad compositiva de Giuliani, en un marco deliberadamente restringido, tanto por su duración como por limitarse a trabajar un único elemento, y son formalmente perfectos. También se ha cuidado el detalle de emplear distintas tonalidades para obtener mayor variedad. Los ejercicios son analizados en detalle en lo que sigue, ya que contienen numerosas claves del paradigma guitarrístico de Giuliani. Se trata de la sección más interesante para nuestros fines, sobre todo por la minuciosa indicación de la digitación, que está completamente ausente, curiosamente, de las piezas que integran la última sección.

Los ejercicios tienen algunos fines declarados, pero hay otros subliminales, que apuntan a entrenar al alumno sin decírselo – un excelente procedimiento pedagógico.

El primero de estos ejercicios tiene por objetivo declarado acostumbrar al alumno a mantener las notas del bajo en toda su duracióniii: estudio entonces dirigido a la mano izquierda, la cual por cierto usa el pulgar en los espacios I y II de la 6ª cuerda. Pero lo más interesante en nuestra indagación lo presentan los criterios guitarrísticos de Giuliani es la digitación indicada para la mano derecha. El tempo indicado, Maestoso, permite el frecuentísimo uso de la repetición de i o m en esquemas de pequeñas escalas, para evitar los cruces entre cuerdas; incluso el a se repite en una ocasión. El criterio es en principio usar alternancia de i con m; pero cuando esto produciría cruces, simplemente se repite el dedo (en una ocasión hay 4 ataques sucesivos con el i y en otra, también 4 ataques sucesivos con el m). Siempre que se tocan en sucesión 1ª, 2ª y 3ª, Giuliani indica la ejecución con a m i, y en el caso inverso, con i m a – y esto tiene todas las apariencias de ser sistemático. Es un criterio que muy bien podríamos considerar “pianístico”, donde a cada dedo se le asigna una cuerda, y solamente en caso de tener que evitar muchas (más de tres o cuatro) repeticiones se alterna con otro. Que Giuliani haya indicado tan minuciosamente la digitación de mano derecha sugiere que, en un tiempo lento, este criterio podría muy bien ser el que empleaba habitualmente. Solamente mostramos un ejemplo, que presenta todas estas particularidades, para observar este principio en acción (compases 10 – 15) (el sol # del tercer compás del ejemplo es natural en la edición de Artaria, aunque evidentemente se trata de un error de imprenta, un caso bastante raro en la cuidadosa edición del Studio).

Ej. 11

Es una digitación que a un docente moderno le haría arrancarse los cabellos, si un alumno tuviera la audacia de presentarla, pero que resulta perfectamente lógica en el caso concreto. Hay también entonces en los criterios de Giuliani una cierta idea de portamento de la mano derecha, en el sentido apuntado al hablar de la segunda sección. Lo mismo que se acostumbra a la mano izquierda a presentarse abarcando cuatro espacios, se acostumbra a la derecha, o más específicamente a los dedos i m a, a presentarse en forma de arpegio en cuerdas adyacentes.

El segundo de los estudios de la tercera parte trata del apagado de las cuerdas. Giuliani indica: “Se dejará libre la vibración del sonido durante una semicorchea; después se apagará con los mismos dedos, que han puesto la cuerda en movimiento, puesto que éstas, con el mínimo contacto se reducen al silencio.”iv Nótese la insistencia en el “mínimo contacto”. Giuliani sabía bien que los principiantes tienden a realizar el movimiento de apagado con movimientos y esfuerzos exagerados. El objetivo declarado insiste en el portamento de la mano derecha, haciendo tocar siempre la 2ª cuerda al m y la 1ª al a. Pero de nuevo encontramos un procedimiento diferente al moderno en el tratamiento de la digitación de mano izquierda, donde Giuliani hace que el 2 cruce por debajo del 3, consistentemente. Es probable que quiera evitar el camino más fácil de levantar el 3 y llevarlo al fa, porque el objetivo es acostumbrar a la mano derecha a ser responsable de la articulación. Es sumamente curiosa la alternancia del pulgar de la mano izquierda con el 3 en el sol grave, donde no se ve ninguna necesidad de hacerlo (compases 2-3 y 5-6 del ejercicio) – evidentemente Giuliani daba prioridad a mantener la presentación de un dedo por espacio, y cuando eso no es posible no tenía problemas en usar el pulgar:

Ej. 12

Un criterio moderno usaría más bien 1 o 2 en el sol grave, y 2-3 ó 3-4 respectivamente en do# - la#. Incluso sería concebible mantener el 3 y usar 2 para el la# y 4 para el do#. Pero todas estas soluciones violan la presentación longitudinal, el portamento, prioritario como objetivo pedagógico para Giuliani, al menos en una etapa preparatoria. También es posible que prefiriese esta solución por ser más “nómade”, de modo que el alumno se habituara a cambiar rápidamente la presentación de la mano izquierda para usar el pulgarv. El uso del pulgar de la mano izquierda no es una panacea, y no es frecuente, pero puede ser una solución a casos insolubles de otra manera. Probablemente era más natural en el instrumento de la época que en uno moderno, dadas las menores dimensiones del instrumento y la menor anchura del mástil. Para un guitarrista moderno, en casi la totalidad de los casos se puede encontrar una solución practicable que no implica el uso del pulgar de la mano izquierda.

El ejercicio 3 se dedica también a la articulación, en este caso al staccato. Giuliani señala “para separar con la mayor celeridad, sin que la mano derecha se canse con la repetición frecuente de los sonidos, se emplearán alternativamente el índice y el dedo medio según los signos indicados”vi. Creo necesario tomarlo literalmente, y centrar este ejercicio en obtener una articulación staccato. Como todo el ejercicio usa un ritmo constante punteado de semicorchea con punto y fusa, parece razonable que el staccato se refiera a las notas más largas de ese ritmo, o sea las semicorcheas con punto. El texto de Giuliani parece sugerir que un dedo (de la mano derecha) apaga la nota que el otro tocó, antes de realizar su propio ataque; y no hay tiempo de hacerlo con las fusas. El procedimiento resulta muy efectivo en las notas repetidas con que termina el ejercicio, aunque no tanto cuando se pasa de una cuerda a la otra. Uno se pregunta por qué Giuliani (o quizás Artaria, por razones económicas y de paginación) no usó la escritura de semicorchea – silencio de semicorchea – fusa, en ese caso.

Es interesante que Giuliani aplique a rajatabla la alternancia de m e i, incluso cuando produce cruces de cuerdas (marcados en el ejemplo 13). En algún caso, parecería que hay intención de manejar la digitación de mano izquierda de modo de evitar cruces, como vemos en el tercer caso del ejemplo 13 en el mi marcado con asterisco, pero ciertamente no de manera consistente. Es más probable que haya sido usada la 2ª para simplificar la acción de la mano izquierda.

Ej. 13

No es que a Giuliani no le interesara evitar los cruces o que fuera descuidado en su tratamiento de la digitación de la mano derecha; al contrario, hemos visto en nuestro recorrido por la primera sección la gran minuciosidad con que la enfrenta. Ocurre simplemente que en este ejercicio específico no se preocupó de los cruces, que serían además bastante complicados de evitar si se quiere usar nada más que la alternancia de i y m, y probablemente requerirían una digitación menos natural de la que Giuliani estaba dispuesto a pedir al alumno a esta altura de su aprendizaje. El objetivo es exclusivamente practicar la articulación staccato a cierta velocidad (la indicación de tempo es Allegro). La nota larga se le asigna invariablemente al m. Combinando este hecho con la indicación de Czerny de que en los ritmos punteados, las notas cortas se tocan con más levedad que las largas, podemos concluir que Giuliani considera al m como naturalmente más fuerte que el i, y lo establece como centro de gravedad de la mano derecha: de este modo el gesto físico de la digitación corresponde al gesto musical. De hecho, tendremos ocasión más delante de notar una tendencia a comenzar secuencias con el m, lo cual confirma que Giuliani confiaba más en el control de este dedo que el del i. Dado que la primera nota de una secuencia debe en general colocar la mano en una cierta posición, es lógico que se la asigne al dedo “líder”.

Demuestra, por otra parte, gran sabiduría pedagógica hacer coincidir la acción del m con los bajos tocados con el pulgar. Si fuera el i quien tocara las notas largas, su coincidencia con el bajo podría tender a desequilibrar la estabilidad de la mano, su portamento, especialmente en un relativo principiante como se supone que era el usuario del Studio.

El ejercicio 4 se ocupa de la apoyatura inferior. El texto de Giuliani parece un poco ambiguo: “Para hacer que la voz se detenga con más expresión en el tono de melodía, es necesario dejar caer el dedo como un martillo sobre la nota precedente”vii Claramente la intención es que una vez tocada la nota precedente, el dedo que produce la nota principal caiga con la actitud de un martillo, o sea, fijado, sobre la nota principal. El texto francés traduce “a martello” como “à plomb” que tiene el sentido de “verticalmente”, queriendo significar “perpendicularmente al diapasón”. Esta es una descripción exactísima de cómo ejecutar un ligado ascendente rápido, en la nomenclatura moderna.

Pero la intención musical es evidente, en el uso de “con más expresión” – se trata de que la segunda nota del ligado sea bien emitida. Se subraya el ataque perpendicular a la cuerda, al menos en la versión francesa, para mayor limpieza de emisión y máxima eficiencia de la fuerza empleada. Se trata siempre de intervalos de semitono, o sea que se usan dedos inmediatos. En nueve ocasiones, Giuliani sustituye el ligado con un portamento, invariablemente 1-1 . La razón de esta sustitución es conservar el portamento de la mano izquierda, o sea su correcta presentación: en todos los casos, la sustitución del ligado por el portamento es un modo elegante y práctico de cambiar la posición – otra demostración de “nomadismo”. La distribución de dedos de mano derecha consiste en la ya conocida asignación de un dedo a cada cuerda, que parece ser el criterio habitual en Giuliani para tempi moderados o lentos (en este caso, Andantino). El ejemplo muestra los primeros dos compases, que ilustran claramente estos procedimientos.

Ej. 14

Es un gran acierto pedagógico de Giuliani trabajar la mecánica de los ligados en un movimiento muy rápido; de esa manera se garantiza la necesaria velocidad del movimiento y su correcta ejecución, incluso por parte de un principiante. Como en la segunda sección, Giuliani coloca siempre al estudiante en situación de aprender haciendo; no hay ninguna intención de preestructurar la mecánica y estudiarla en abstracto, sino que ella se presenta directamente en piezas, por modestas que sean. Es de notar también el orden con el cual se introducen los elementos mecánicos: la mano izquierda se acostumbró en el ejercicio anterior a actuar con rapidez entre dos notas, y se aprovecha inmediatamente este aprendizaje.

El ejercicio 5 trabaja la apoyatura en sentido inverso, o sea, desde arriba, introduciendo así los ligados descendentes, con las mismas características del anterior. Giuliani describe la mecánica precisa y concisamente: “Para unir la nota pequeña con la de melodía, después de haberla sonado con la mano derecha, se pellizca con la izquierda horizontalmente.”viii El “horizontalmente” indica un movimiento perpendicular al diapasón del dedo que realiza el ligado, y muestra con qué precisión entendía Giuliani la mecánica. Este ejercicio es una piecita muy bien lograda desde el punto de vista musical, y con carácter humorístico e imaginativo, como corresponde a la indicación de Grazioso. También mantiene la asignación fija de 1ª, 2ª y 3ª cuerdas a los dedos a, m, i respectivamente, sin ningún temor a las repeticiones de un dedo en la misma cuerda: muy probablemente, para concentrar el trabajo en el nuevo elemento. Las ventajas antes mencionadas de introducir el trabajo de los ligados directamente a alta velocidad se reiteran aquí. Un detalle interesante es el uso del pulgar de la mano izquierda en los espacios III y IV, por primera vez en el Studio. En el caso del espacio IV se produce una situación algo anómala por la mayor distancia entre este pulgar y el dedo 1; podríamos llamarla una especie de distensión:

Ej. 15

El sexto ejercicio introduce los ligados ascendentes de múltiples notas, con la misma indicación que la correspondiente al ejercicio 4. Por primera vez, y sin ninguna alharaca, Giuliani pide al alumno una presentación de mano izquierda que abarca más de cuatro espacios (la – do# en la 3ª).

Ej. 16

Es interesante la digitación de mano derecha; el anular no se usa en absoluto, y para ejecutar el ritmo de siciliana del ejercicio (marcado Allegretto) Giuliani le asigna un esquema invariable de m i m, sin preocuparse de las repeticiones. Esto parece indicar que para Giuliani era más importante dar prioridad a la consistencia en el esquema de digitación que preocuparse por la alternancia de los dedos: un criterio exactamente contrario al moderno, pero que subordina correctísimamente la digitación al gesto musical y prácticamente obliga a realizarlo. Es de notar que el gesto rítmico está digitado de modo que la duración de la nota coincide con la distribución del peso de los dedos; al dedo más “fuerte”, el m, se le asignan las notas más largas.

También este ejercicio es musicalmente notable: la imaginación de Giuliani parece dispararse con más libertad cuando funciona en un ámbito restringido por la obligada repetición de un mismo gesto.

El siguiente ejercicio, el séptimo de esta sección, introduce “otra apoyatura con varias notas” que no es otra cosa que el mordente invertido. Giuliani elige combinar la práctica de este elemento con las terceras (y en algún caso, como en el ejemplo que sigue, sextas): de nuevo una idea brillante desde el punto de vista pedagógico, porque garantiza la correcta ejecución del ornamento sin perder la estabilidad de la mano izquierda. La factura de este ejercicio es impecable desde el punto de vista formal. Es interesante que Giuliani prioriza el correcto portamento de la mano izquierda (A en el ejemplo: 2-4 en el mi-sol en vez de 1-3, un criterio exactamente opuesto al de Sor sobre la digitación de las terceras) y prefiere 2-4-2 a 2-3-2 en el B del ejemplo, sin duda por la presentación de la mano algo en diagonal – además, si utilizara el 3, es posible que el 4 no quedase presentado frente a las cuerdas, lo que nos dice ya algo sobre la importancia de la presentación de la mano en Giuliani). También en B, se prefiere la opción sin cejilla para el último bicorde.

Ej. 17

El octavo ejercicio introduce el grupetto, y es de interés que pide expresamente que todas las notas sean ligadas, incluyendo la nota de llegada: “Se ejecuta con un solo toque; por ejemplo, la primera de las cuatro notas pequeñas se toca, la segunda se pellizca, [con la mano izquierda, se entiende] la tercera y la cuarta se golpean, y la quinta se pellizca”ix. El ejercicio tiene un gesto inconfundible de bel canto, con bellas exclamaciones de sextas. Giuliani hace comenzar siempre los grupettos con el m y mantiene la asignación fija de dedos a cuerdas que ya hemos encontrado antes. No tenemos nuevos elementos para analizar.

El ejercicio siguiente vuelve a presentar la apoyatura corta descendente, que Giuliani califica como “muy usada”, esta vez en un tempo rápido y con ritmo punteado, que se abandona solamente para presentar frases breves de diferente carácter, procedimiento muy efectivo desde el punto de vista musical. Los ritmos punteados se ejecutan invariablemente con m en la nota larga e i en la corta, así provoquen cruces (tal como sucedía en el ejercicio 3, lo que hace pensar ya en un procedimiento habitual en Giuliani). En los pasajes sin ritmo punteado, se mantiene en general la asignación de dedos a cuerdas, con la única excepción del pasaje en corcheas del ejemplo, que reproduce los compases 9 a 13 del ejercicio. En cuanto a la mano izquierda, aparece de nuevo el uso del pulgar (probablemente porque la nota al aire anterior da tiempo para colocarlo, mientras que en el compás siguiente eso no es posible).

Ej. 18

El décimo ejercicio se refiere al ligado ascendente, esta vez nombrándolo expresamente. Pero Giuliani marca un tempo Vivace y las dos notas de la ligadura tienen el ritmo semicorchea – corchea con punto, de modo que el movimiento se practica rápido, al igual que ocurría cuando integraba una apoyatura. Como sucedía en el ejercicio 6, y por la misma razón, Giuliani emplea presentaciones que abarcan cinco espacios. Se usan siempre 1-4, ocasionalmente 0-3 y 0-4. Una muestra más de la sabiduría pedagógica de Giuliani: al haber mayor distancia entre 1 y 4, se practica el movimiento de ligado sin que el alumno lo sepa.

El último de los ejercicios se dedica a practicar el glissando, y no presenta características particulares especiales; es también el más breve de todos. Es interesante la descripción de Giuliani del procedimiento: “Con el mismo dedo de la mano izquierda que forma el tono de la nota pequeña, después de haberlo vibrado, se arrastra hasta la nota de melodía, haciendo resonar todos los intervalos como en el ornamento que en el canto se llama portamento voce”x Es claro que a la velocidad en que se ejecuta, no es posible literalmente “hacer resonar todos los intervalos”; probablemente aquí Giuliani tiene en mente no disminuir la presión durante la trayectoria del dedo sobre la cuerda. Lo emplea tanto ascendiendo como descendiendo. La notación es ambigua, porque la nota pequeña está conectada con la principal por medio de una ligadura, y no por medio de una línea como en el uso moderno. Este uso, que no se limita a Giuliani sino que es común a casi todos los guitarristas de la época, implica que debemos estar atentos a la posibilidad del glissando, aunque lo que veamos escrito sea un ligado, si el contexto hace que el ligado no sea lo más natural. Éste es el caso, por ejemplo, en el siguiente pasaje de la Rossiniana Nº 2, en la tercera y sexta corcheas:

Ej. 19

La escritura en dos partes indica que en la segunda corchea, el primer mi se ejecuta sobre la 3ª y no repitiendo la nota anterior; entonces, el ligado que sigue no es ambiguo. Pero los ligados dobles de la tercera y sexta corchea no serían demasiado naturales, y parece mucho más lógico (y efectivo) hacerlos como un doble glissando – se toca solamente el primer bicorde y los otros se hacen por glissando.

Sigue, en el Studio, un breve discurso sobre el trino, donde se nos dice que puede ejecutarse tanto sobre la misma cuerda (obviamente con la mano izquierda sola) como sobre dos cuerdas. Todos los trinos comienzan con la nota principal. En el caso del trino sobre dos cuerdas, Giuliani utiliza la alternancia i – m o p – i. De las dos maneras de ejecutar el trino, prefiere el trino sobre dos cuerdas “por tener más duración de sonido”. Es claro que esto se aplica en principio a trinos relativamente largos, porque en seguida habla del “mordente”, que define como un “breve trino” (o sea, con un sentido diferente de la nomenclatura usual) y en el ejemplo que muestra la manera de ejecutarlo aparece únicamente la alternativa de hacerlo con la mano izquierda sola en una sola cuerda.

Entonces, el criterio es: para trinos largos, o relativamente largos, se prefieren dos cuerdas, con intervención de la mano derecha: para trinos cortos y con intención ornamental, se prefiere realizarlos en una cuerda y con la mano izquierda.

El Studio termina con una colección de piezas, donde es claro que Giuliani está más interesado en componer música ejecutable por principiantes (pero que no renuncie a ser música en aras de su facilidad de ejecución) que en usar esquemas técnicos preestablecidos. Son obritas encantadoras y están finamente juzgadas desde el punto de vista del desarrollo técnico del principiante, si bien no nos añaden mucho al cuadro que nos estamos formando del paradigma guitarrístico de Giuliani. Para eso tendremos que referirnos a otras obras.

Intentemos, entonces, resumir los resultados a que hemos llegado hasta ahora:

1. Giuliani da gran atención al correcto portamento de ambas manos. Esto se traduce en una preferencia por las presentaciones de la mano izquierda que abarcan cuatro espacios y la casi ausencia de traslados parciales. En la mano derecha, implica que la mano se forma haciendo arpegios y no escalas; los dedos i m a se presentan automáticamente en dirección a un arpegio, o sea, asignados a 3ª, 2ª y 1ª respectivamente.

2. No hay ningún problema con la repetición de un dedo de la mano derecha sobre una misma cuerda, en tempi moderados o más lentos. En tempi más rápidos, se usa la alternancia. Se evita completamente la alternancia de m – a.

3. Giuliani presta gran atención a hacer coincidir un esquema de digitación de mano derecha  con un gesto musical, aunque implique a veces situaciones que a ojos modernos parecen exóticas, como los cruces de cuerdas.

4. La preocupación por una correcta articulación es obvia, y podemos esperar que aparezca también en sus obras. Diferencia claramente el legato del detaché y del staccato, y de hecho es el primer tema que trata en los ejercicios de la tercera sección.

5. En todo el Studio no hay ninguna mención de la cejilla, y no se trata de un procedimiento habitual. Lo evita siempre que es posible.

6. Se usa ocasionalmente el pulgar de la mano izquierda para formar el sonido, especialmente en las primeras posiciones.

7. Si bien ambas manos conservan su portamento, ello no quiere decir que sean sedentarias. Se trabajan expresamente y lo antes que es posible hacerlo los cambios de posición. Especialmente, la mano izquierda es extremadamente nómade.

8. Hay preferencia por el uso de cuerdas al aire, especialmente para cambios de posición. Prácticamente no existen saltos, o sea, traslados de posición dentro de una misma cuerda sin la intervención de una cuerda al aire entre ambas posiciones.

 

Notas.

i Marco Riboni, Mauro Giuliani, (2011, L'Epos, Palermo), p. 63.
ii Ver el ejemplo de la Rossiniana No. 4 (ejemplo 32 y ss.).
iiiLa tenuta del suono si forma colla pressione del dito sulla corda durante il valore della nota; ecco ciò che rigorosamente si osserverà nei bassi di questo esempio. (El sostener el sonido se forma con la presión del dedo sobre la cuerda durante el valor de la nota; he aquì lo que se observará rigurosamente en los bajos de este ejemplo).
ivSi lasciera libera la vibrazione del tuono [tono] durante un sedicesimo; indi si smorzerà colle medesime dita, che hanno messo la corda in movimento, poichè queste, col minimo contatto sono ridotte al silenzio.
v De paso: es claro que el pulgar de la mano izquierda se usa pasando por encima del diapasón, tal como aún hoy lo hacen muchos guitarristas populares y ejecutantes de guitarra eléctrica, y no en el estilo cellístico, con toda la mano presentada por delante del diapasón. Las dimensiones de la guitarra de la época, algo o bastante menores que las guitarras modernas, sin duda favorecerían esta técnica.
vi Per staccare colla più grande celerità, senza che la mano dritta si stanchi colla ripetizione frequente dei suoni, s’impiegheranno alternativamente l’indice ed il dito medio, secondo l’indicati segni.
viiPer fare cha la voce si arresti con più espressione al tuono di melodía, bisogna lasciar cadere il dito a martello sulla nota che precede.
viiiPer unire la piccola nota con quella di melodìa, dopo di averla toccata colla mano destra, si strappa colla sinistra orizontalmente.
ixSi esprime con un sol tocco; per esempio, la prima delle quattro piccole note si tocca, la seconda si strappa, la terza e la quarta si batte, e la quinta si strappa.
xCol medesimo dito della mano sinistra che forma il tuono della piccola nota, dopo di averlo vibrato, si striscia fino alla nota di melodía, facendo risuonare tutti gl’intervalli a guisa dell’abbellimento, che nel canto si chiama portamento di voce.

Nº4
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